lunes, 7 de enero de 2008

Son muchas las peticiones de información acerca de la fatiga visual, preguntando por formas de tratar o prevenir eso que se llama “forzar la vista”. A este respecto hay mucha creencia falsa y se proponen numerosas soluciones mal encaminadas, y en algunas ocasiones se busca más el negocio fácil a costa de las personas que el beneficio real de la salud.

Derrumbando mitos

En los libros de oftalmología no existe tipificada una enfermedad llamada “fatiga visual”; lo más parecido es la llamada “vista cansada”, y no siempre es lo mismo. La fatiga visual, como tal, existe como síntoma, pero puede deberse a varias causas. Mucha gente acepta como normal que el ojo se cansa de “ver”, que utilizar los ojos durante muchas horas es suficiente motivo para que se canse. Lo mismo que el esfuerzo físico fatiga a los músculos, el esfuerzo visual fatiga a los ojos.

No es así, para que un ojo se “fatigue”, tienen que darse unas circunstancias concretas, algo que diferencie su funcionamiento del normal (en circunstancias, digamos normales desde el punto de vista de evolución de la especie humana, el ojo sano no debe cansarse por su normal funcionamiento). Otros órganos del cuerpo humano (el hígado, el corazón) trabajan incansablemente las 24 horas del día, y casi nunca muestran signos de fatiga en el inidividuo sano.

Otra expresión que se usa mucho es la de “forzar la vista”. Y una creencia normal es pensar que el uso continuado de los ojos, aparte de fatigarlos, puede hacer perder visión. Y como ocurre con frecuencia, se establece una confusa identificación entre conceptos muy diferentes como son la cantidad de visión, las dioptrías y el esfuerzo visual. El ojo está diseñado para estar funcionando siempre que estemos despiertos, eso no supone un sobreesfuerzo. Sólo se produce un sobreesfuerzo en determinadas circunstancias, y en ese momento incluso se puede percibir visión borrosa. Pero en ningún caso esa visión borrosa es permanente, ni se amenaza realmente la capacidad visual. Por último, y también muy importante, el esfuerzo visual no produce dioptrías. Sí que puede descompensar una graduación previa; es decir, sacar a la luz unas dioptrías que el paciente ya tenía previamente, pero que el ojo las iba compensando. Pero no se generan dioptrías nuevas.

Síntomas de la fatiga visual

Hay muchos síntomas diferentes, con matices también distintos. El porqué: primeramente porque no corresponde a una sóla enfermedad, sino a diferentes problemas con síntomas parecidos. Además, estas enfermedades se relacionan entre sí, por lo que es frecuente que concurran en una misma persona. O sea, que la fatiga visual puede producirse por varias causas a la vez. Por otra parte, los síntomas son enormemente subjetivos, individuales a cada persona, y varían según la intensidad y la naturaleza. Por eso, lo normal es que cuando dos personas hablan de fatiga visual, aunque lo identifican como el mismo cuadro, cada uno puede tener algo diferente.

De forma esquemática, podemos dividir los síntomas en tres tipos:

Molestias subjetivas en los ojos y la cabeza

El sujeto nota diversas sensaciones en los ojos y/o el área circundante. Se suelen percibir los ojos o los párpados como “cargados”, “pesados”. Se nota una presión, calor, hinchazón. Más que una inflamación que se detecte al mirarse al espejo, es una percepción interna. Puede surgir la necesidad de frotarse los ojos. Esta sensación de “carga” puede referirse a la zona que rodea al globo ocular, al puente de le nariz (también puede aliviarse un poco con un masaje en esa zona), a la cuenca del ojo (llamada órbita), etc. Se puede notar alivio al cerrar los ojos.

A veces la sensación es más intensa, y puede manifestarse en forma de “pinchazos” o un dolor moderado. En cualquier caso, el dolor ocular franco es raro.

Otra síntoma que se puede presentar es el dolor de cabeza. Están bien definidos los cuadros de cefaleas (dolores de cabeza) de causa ocular. Son muy característicos de una causa concreta de fatiga visual, el factor acomodativo, que veremos más tarde. Son dolores de cabeza que claramente se relacionan con el esfuerzo visual, suelen provenir de la zona de los ojos o la frente e irradiarse hacia atrás, y raramente se dan en un sólo lado de la cabeza.

Ojo, no todos los dolores de cabeza se deben al esfuerzo visual, ni mucho menos. Están las conocidas migrañas o jaquecas, las cefaleas tensionales, y un largo etcétera. De hecho, existen cuadros de migrañas que se desencadenan por el esfuerzo visual, pero siguen siendo migrañas. La causa es vascular, como el resto de las migrañas, y el esfuerzo de visión sólo es el desencadenante, como lo podría ser un sonido fuerte. Por tanto, si tenemos dolores de cabeza que nos despiertan por la noche, que no se relacionan con el esfuerzo visual y pueden aparecer en cualquier momento, que son pulsátiles o en un solo lado de la cabeza, lo más normal es que no lo solucionemos con gafas.
Volviendo a los ojos, los síntomas a veces son sensiblemente diferentes: sensación de arenilla o de cuerpo extraño (como si se nos hubiera metido una pestaña, por ejemplo). Parece que nos roza el párpado sobre el ojo cada vez que parpadeamos. Notamos quemazón, y alivia un poco cuando estamos un rato con el ojo cerrado. Estos síntomas ya los hemos descrito en artículos anteriores, y se corresponden más específicamente a sequedad ocular.

Enrojecimiento del ojo y párpados hinchados

El enrojecimiento de los ojos se encuentra con frecuencia en los casos de fatiga visual. Ocurre en los dos ojos, y se suele acompañar de sensación de calor y de “ojos hinchados”. Aunque el sujeto se pueda sentir alarmado, son enrojecimientos moderados en comparación con otros cuadros (como las conjuntivitis). A veces también hay algo de lagrimeo.

Puede acompañarse a veces de un acúmulo de agua en el tejido de los párpados, con lo que da la imagen de que están hinchados. Lo mismo que antes, se trata de una hinchazón leve e indolora (aunque el paciente lo acuse como un cambio grande). No se puede comparar con cuadros infecciosos del párpado donde sí hay una inflamación dolorosa e intensa.
A veces aumentan las ojeras y las bolsas bajo el párpado inferior.

Síntomas visuales

Muchas veces no hay síntoma visual alguno, sólo son molestias subjetivas y enrojecimiento de los ojos. Cuando sí hay síntomas en la visión, suelen presentarse como una borrosidad transitoria de la imagen, una pérdida de nitidez, a veces fluctuante. Lo normal es que remita rápidamente con el reposo.

Causas

Como decía más arriba, no hay una sóla causa para la fatiga visual. Esta fatiga es un síntoma que lo dan multitud de cuadros. Esquematizaremos las causas:

Esfuerzo acomodativo

Normalmente la fatiga visual aparece durante el esfuerzo mantenido de cerca. El ojo normal, que no tiene defectos de graduación, en reposo está enfocado para lejos. Cuando enfoca un objeto cercano, necesita que un músculo de dentro del ojo (el músculo ciliar) esté trabajando activamente. El esfuerzo de mantener el enfoque de cerca durante mucho tiempo puede dar lugar a lo que se llama astenopia acomodativa (astenopia significa fatiga visual, y “acomodativo” hace referencia a la acomodación, que es el proceso de enfocar de cerca). La astenopia acomodativa, a pesar de lo que pueda parecer, no suele ocurrir en ojos sanos y jóvenes. Hay dos causas principales para que aparezca este problema:
- Presbicia o vista cansada. A partir de los 40-45 años el mecanismo de la acomodación comienza a ser insuficiente, y aparece los síntomas de fatiga visual, que aquí se identifican directamente con un cuadro bien definido, del que hemos hablado anteriormente, que se llama vista cansada.

- Defecto refractivo. Muy frecuente en jóvenes. Cuando aparecen signos de astenopia (visión borrosa, dolor de cabeza y de ojos, etc) en menores de 40 años, es lo primero que hay que pensar. De los tres defectos de refracción, la miopía es la que da mala visión (de lejos) desde el principio. Para el astigmatismo y sobre todo para la hipermetropía, cuando el defecto es leve, el ojo es capaz de compensarlo. Es decir, que el paciente ve bien a todas las distancias y no necesita gafas. En la mayoría de los casos, ni se entera que tiene el defecto de refracción. Pero esta compensación de la graduación es realizada activamente por el musculo ciliar. Si además de compensar la graduación lo sometemos a un enfoque cercano mantenido, se produce el sobreesfuerzo. Las hipermetropías leves suelen estar sin gafas, se pueden “corregir solas” hasta 2-3 dioptrías (aunque también hay personas que llevan gafas con menos graduación). Los astigamtismos de hasta 1 dioptrías les pasa algo parecido. Para estas graduaciones bajas, en personas que nunca han llevado gafas, el sobreesfuerzo que les supone lel enfoque cercano mantenido pueden producirle síntomas. Todo esto lo explico también aquí. Aunque la miopía es más agradecida en este sentido, una mala corrección de ésta también puede afectar a la visión de cerca. Las miopías por encima de 3 dioptrías también afectan a la distancia normal de lectura (si hablamos de un enfoque no tan cercano, como el monitor de un ordenador, el límite es más bajo). Y cuando la miopía no es totalmente simétrica, el esfuerzo de acomodación es desigual y también puede producir cansancio. Aunque ya digo, aunque en miopes es más raro, no es imposible.
Tanto si tenemos vista cansada como si hay un defecto de graduación no corregido, las condiciones empeoran con la mala iluminación. No es que el ojo se canse más en la oscuridad: dar un paseo de noche mirando a las estrellas es de lo más relajante, también para los ojos. Pero lo que pasa es que en condiciones de buena iluminación la pupila se cierra, y cuando enfocamos de cerca el cierre pupilar aumenta lo que se denomina profundidad de foco (al igual que ocurre en las cámaras fotográficas cuando se reduce la apertura del diafragma). Este aumento en la profundidad de foco facilita el enfoque de cerca, por lo que es esfuerzo del músculo ciliar es menor. También la luz aumenta el contraste de lo que estamos mirando (por ejemplo, aumenta el contraste entre el fondo blanco y las letras negras cuando leemos). Una disminución de contraste induce al ojo a que trabaje más la acomodación, en un vano esfuerzo de ofrecer la imagen con mayor calidad.
Por tanto, la oscuridad en sí misma no es mala (hay muchos animales que son nocturnos, y sus ojos son esencialmente igual a los nuestros), pero para realizar esfuerzos mantenidos en visión cercana conviene una buena iluminación.

Sequedad ocular

Cuando estamos concentrados en una tarea visual (lectura, ordenador, etc) ocurre un suceso que nos pasa desapercibido pero que altera mucho la dinámica del ojo: parpadeamos menos. Al disminuir el parpadeo, no se produce ni más ni menos que un cuadro de ojo seco, que expliqué hace poco en tres artículos (primero, segundo y tercero). Este ojo seco a veces se llama “funcional”, debido a que lo desencadena el déficit de parpadeo. Existe algún matiz más, que explicaré en el siguiente artículo.

Por eso he dejado a propósito los artículos de la fatiga visual para despueś de explicar el ojo seco, porque ahora esta causa está suficientemente explicada. Hay que tener en cuenta, que el déficit de parpadeo puede ser un factor más en el contexto de usa sequedad de origen multifactorial. Un ejemplo práctico: en personas jóvenes y sanas, en las que en principio quedan descartadas las causas degenerativas, hormonales y las secundarias a enfermedades, es bastante frecuente encontran blefaritis en personas que no tienen síntomas en circunstancias normales. Sólo cuando se someten a un esfuerzo visual mantenido, es el déficit del parpadeo el que, junto con la blefaritis producen un ojo seco sintomático. Por eso es muy importante la exploración individual de las personas. No todos los síntomas de fatiga son iguales; pero hilando más fino, no todos los ojos secos que se manifiestan durante el esfuerzo visual mantenido son iguales. En casos de blefaritis intensa, al tratar la blefaritis pueden mejorar o incluso desaparecer los síntomas durante el esfuerzo visual.

Estrabismo latente

Esta causa es rara, pero prefiero ponerla si quiero hablar de la fatiga visual con un poco de exhaustividad. Más que explicarlo en profundidad, voy a mencionarlo, ya que no he hablado de lo que son los estrabismos. Un estrabismo manifiesto significa que un ojo está “torcido”, que los ejes visuales no están alineados. Un estrabismo latente (denominado heteroforia o simplemente foria) significa que hay una tendencia a que se separen los ejes visuales, pero el cerebro inconscientemente contrarresta esta tendencia. Esto supone un esfuerzo mantenido (no del músculo ciliar del que hemos hablado anteriormente, sino de otros músculos que están fuera del ojo, y de unos mecanismos cerebrales que dependen de nuestra atención visual). Muchas personas tienen un estrabismo latente en alguna distancia de enfoque, y no pasa nada. Pero cuando este estrabismo latente es muy fuerte, el esfuerzo involuntario de controlarlo es grande, y puede aparecer cansancio visual.

Nuevamente, la distancia a la que enfocamos es importante. Algunos estrabismos latentes mejoran de cerca, y otros empeoran (uno de los característicos de este último grupo es la insuficiencia de convergencia). Si empeoran de cerca, eso significaría que un esfuerzo mantenido de enfoque cercano puede producir síntomas como dolor de cabeza o visión borrosa.

Hay otros elementos que pueden descompensar estas forias: el efecto estroboscópico. Este efecto se produce cuando nos sometemos a fuentes de luz que no son continuas. Por ejemplo, las luces de los fluorescentes, televisiones o monitores de ordenador. Aunque nosotros percibimos una luz continua, estos aparatos emiten flashes de luces (como en las discotecas) a una velocidad tan grande que no nos damos cuenta conscientemente. Sin embargo, esta discontinuidad empeora nuestra capacidad de compensar las forias. El mecanismo es complejo, y creo que no es adecuado explicarlo ahora.

Resumen de causas

En cualquier caso, el estrabismo latente no es lo más frecuente: lo normal en la fatiga visual es el ojo seco y el esfuerzo acomodativo, con mucha frecuencia una combinación de ambos.

Por último, nombrar como causa de fatiga visual ver la tele a oscuras (enfoque mantenido de un objeto luminoso cuando el entorno está mal iluminado).

El “síndrome del ordenador” o de forma más amplia, “síndrome de las pantallas de visualización“, es un caso muy concreto de fatiga visual: ocurre por el trabajo continuado delante de una pantalla televisión o de ordenador. Pongo estas denominaciones entre comillas porque realmente no es un síndrome como tal. Aunque se habla de ello en muchas páginas de internet, y es un término que se usa en las revistas normales e incluso alguna especialidad médica más general (medicina laboral o de atención primaria), realmente los oftalmólogos apenas usan esa denominación. Como decía en el artículo anterior, la fatiga visual no es una enfermedad, es un síntoma. Y la fatiga visual delante de una pantalla es también un síntoma, que puede deberse a diferentes causas.

Bueno, y puntualizar que sólo voy a referirme a la parte ocular: aparte están las alteraciones posturales de la espalda, la mano, etc.

Bien, entremos en materia. Respecto a los síntomas oculares (cansancio, ojos rojos, lagrimeo, visión borrosa, etc) producido por las pantallas de TV, hay que contar con el contraste de iluminación entre una pantalla y el entorno. Y más arriba se repasan las causas de fatiga visual. Entonces, ¿en qué se diferencia la fatiga del ordenador de lo mencionado en la primera parte de esta serie?. En nada. Por tanto, vamos a reutilizar lo ya está explicado previamente, para aplicarlo a una situación muy frecuente: los usuarios de ordenador. Los internautas, es más probable que se sometan a este tipo de actividad visual mantenida con el ordenador. Así que consideramos que este tema tiene suficiente interés como para repetir los conceptos.

Signos y síntomas

Lo dicho en el primer artículo de esta serie:

- Síntomas subjetivos en la zona de los ojos: pesadez en párpados y ojos, ganas de parpadear y de tener los ojos cerrados, quemazón, a veces pinchazos.

- Alteraciones de la visión: pérdida de nitidez (a veces fluctuante), visión borrosa, o de “nube”. En raras ocasiones se notan cambios extraños a la hora de percibir la intensidad de los colores.

- Signos objetivos: enrojecimiento de los ojos, leve aumento de tamaño de los párpados, lagrimeo.


Todo esto se suele presentar de forma bilateral, pero tampoco es excepcional que sea tan asimétrico que el sujeto lo refiera en un sólo ojo.

Causas

Están expuestas, como digo, en la entrega anterior. Vamos a intentar particularizar en el caso del trabajo continuado delante de una pantalla.

Defecto de graduación

Aparte de la vista cansada, que es esperable en cualquier persona a partir de los 40-45 años, existe un grupo de personas que no van a atribuir sus síntomas delante del ordenador a un problema de dioptrías.

Hay bastante gente joven con buena visión espontánea, que no necesitan gafas y que tienen agudezas visuales del 100% (o muy próximas). Incluso es habitual que nunca hayan visitado al oftalmólogo o al optometrista, por lo que no van a sospechar que la causa de estos síntomas está en su ojo, y le echará la culpa a otros factores (la calidad de la pantalla, por ejemplo).

El ojo perfecto no existe, no hay ninguno con un cero absoluto de dioptrías o de otras aberraciones visuales. Los pequeños astigmatismos son bastante frecuentes, y hasta media dioptría se considera incluso normal. El astigmatismo es algo complejo, porque además de las dioptrías tienen un eje y varios subtipos; pero baste decir que en circunstancias óptimas, un astígmata de poca graduación no necesita gafas para ver el 100%. Con los hipermétropes pasa algo parecido: si la graduación no es alta se alcanza buena visión (de hecho, los hipermétropes soportan más graduación sin corregir). Pero coseguimos esta buena visión a costa de un sobreesfuerzo a la hora de enfocar la imagen. Las diferencias de graduación de un ojo y el otro (aunque sean por miopía) también implican un sobreesfuerzo.

La principal actividad que hacemos delante del ordenador es leer. Depende de la resolución de la pantalla, las letras son más pequeñas o más grandes. Obviamente, cuanto más pequeñas sean las letras, más nitidez estamos requiriendo a nuestros ojos, y si tienen un pequeño defecto de graduación, más sobreesforzamos el mecanismo de enfoque. La tendencia generalizada es poner la máxima resolución posible que nos permita el monitor, y eso implica que la letra sea más pequeña. Algunos sistemas operativos, como GNU/Linux, tienen esto en cuenta y no reducen el tamaño de la letra de forma linealmente inversa a la resolución, de forma que las maquetaciones de páginas las fotografías aprovechan la resolución de la pantalla, pero la tipografía de las letras se mantiene más estable para que no suponga una dificultad de lectura con grandes resoluciones (por ejemplo, a partir de los 1200×1024 puntos). Incluso hay opciones explícitas para que la tipografía no baje de un tamaño mínimo, tanto en el sistema operativo como en el navegador. Por desgracia, los sistemas operativos de Microsoft no tienen en cuenta esto, y Windows reduce mucho el tamaño de letra al aumentar la resolución. Lo que significa más esfuerzo para leer y a veces acercarse más a la pantalla (que como veremos ahora mismo, tampoco es positivo).

Hay otro detalle a tener en cuenta: el mecanismo enfoque tiene que estar trabajando activamente en la visión de cerca. La pantalla de ordenador se sitúa cerca de los ojos, con lo que ya tenemos un esfuerzo de base. A esto hay que añadir el sobreesfuerzo de una pequeña graduación no corregida. Por eso, el gesto inconsciente que tenemos de acercarnos al monitor cuando la letra es muy pequeña, a veces es contraproducente, porque cuanto más cerca enfocamos, más se esfuerza el ojo.

Condiciones de iluminación

En el artículo ver la tele a oscuras, se habla de lo que ocurre cuando vemos la televisión a oscuras.

Un caso más extremo es ver la televisión con condiciones de muy baja iluminación. El caso más habitual del síndrome del ordenador suele ser más moderado: los monitores modernos no ofrecen la misma intensidad que las televisiones. Y por otra parte se suele respetar las condiciones adecuadas de iluminación para no estar en penumbre delante del ordenador (por lo menos en el medio laboral). A pesar de eso, tenemos varios factores en contra:

- El número de horas que nos pasamos delante del ordenador es muy alto. Delante de una televisión no se suele estar más de 2-4 horas seguidas, pero con el ordenador se pueden estar 8-10 horas tranquilamente. Tanto en el trabajo como en casa, es un instrumento cada vez más presente en nuestras vidas.

- Distancia: la televisión suele situarse entre 2 y 3 metros de distancia, y si es una pantalla grande, más. Sin embargo, el monitor del ordenador suele estar a 50-60 centímetros. Al estar la pantalla más cerca, la radiación luminosa afecta más al ojo. El que sea un monitor mayor (por ejemplo, uno de 19 pulgadas en vez de uno de 15) no es que ayude mucho en este sentido, porque eso implica más área de iluminación directa sobre el ojo. Si pusiéramos en el monitor de 19 pulgadas la misma resolución que teníamos en el de 15 pulgadas, la letra sería más grande y podríamos alejar la pantalla, lo que nos favorecería tanto por el tema de la acomodación (enfoque de cerca) como por alejar la fuente de luz. Pero no solemos hacer eso, sino que subimos la resolución de forma que la letra no la vemos más grande, por lo que el monitor grande lo solemos poner a la misma distancia que el pequeño.

En ver la tele a oscuras, se explica que mirar a una fuente de luz directa con el entorno menos iluminado conduce a una mala adaptación de nuestro ojo a las condiciones de luminosidad. Pero además de este factor, que se soluciona aumentando la luz ambiental, hay otros fenómenos más sutiles que tienen que ver con mantener durante mucho tiempo la fijación visual en una fuente de luz.

Me explico: nuestro sistema visual está diseñado para ver mediante luz indirecta. De forma natural, la luz solar ilumina nuestro entorno, y nosotros recibimos esta luz reflejada en los objetos. Las fuentes de luz artificiales están pensadas de la misma manera, la idea es iluminar el entorno y que recibamos la luz reflejada. Mirar directamente una fuente de luz causa en general un disconfort en nuestros ojos. En casos extremos, como mirar directamente al sol, o a un foco potente, sólo aguantamos unos segundos y la sensación es hasta dolorosa (no hagáis el experimento).

Si la fuente de luz es tenue, como una vela, no resulta tan molesto, y aunque la visión es menos nítida, nos suele pasar desapercibido. Incluso la sensación que producen estas alteraciones de inestabilidad de enfoque, y la dificultad que tiene el ojo para dar imangen con nitidez, puede ser hipnotizante. Es como cuando miramos fijamente una hoguera: puede ser hasta relajante. Pero al mirar al fuego no necesitamos nitidez de imagen, no tenemos que leer letras pequeñas en la hoguera. Así que nos podemos dejar “arrobar” por la luz directa.

En el monitor la situación es diferente. A pesar de las mejoras en cuanto a pantallas de baja radiación, sigue siendo una fuente de luz directa hacia el ojo, a la que nos sometemos durante muchas horas. Y le pedimos al ojo que obtenga un grado de nitidez que nos permita ver letras pequeñas. Esta circunsancia en sí misma raramente produce síntomas de fatiga visual, pero al unirse con otros factores (un defecto de graduación no corregido o un ojo seco, por ejemplo) terminan por producir los síntomas de cansancio visual.

Esto es algo en lo que siempre tendrá ventajas el papel impreso sobre la pantalla. En una hoja de papel, la distancia de lectura es igual o menor que para el monitor, así que el esfuerzo para enfocar sobre papel es igual o mayor que para enfocar la pantalla. Y la letra impresa puede ser tan pequeña como la del monitor. Pero la hoja de papel tiene una gran ventaja: no es una fuente de luz directa. En este sentido, siempre será más “relajante” leer sobre papel que leer un monitor. Es curioso darse cuenta que, en personas con la edad cercana a la vista cansada, este detalle lo tienen bien aprendido, y cuando tienen un texto largo que leer en el ordenador, prefieren imprimirselo. De alguna manera, a pesar de que aumenten el tamaño de la letra y se ajusten la distancia al monitor, saben que no es lo mismo.

Ojo seco

Tanto arriba (fatiga visual), como en artículos anteriores (uno, dos y tres) que versan en exclusiva del ojo seco, se trata el tema. Intentaremos no repetir mucho y enfocarnos a los matices que puede haber en el ojo seco producido delante de una pantalla.

- Todas las causas tradicionales del ojo seco (asociado a la edad, a factores hormonales, etc) deberán tenerse en cuenta.

- La blefaritis es muy prevalente en jóvenes: (ya digo, no me voy a repetir así que no entraré en explicarla)

- Muy importante en este caso destacar lo que se ha venido a llamar ojo seco funcional, en el que más que alteraciones estructurales del ojo, es un problema en la dinámica ocular delante de la pantalla. Se debe a dos circunstancias: la disminución del parpadeo y la apertura de los párpados.

Disminución del parpadeo: Es una reacción inconsciente; cuando estamos fijando la vista, parpadeamos menos. Si en circunstancias normales parpadeamos 12-18 veces por minuto, al prestar atención a un objeto cercano parpadeamos menos, en torno a 4-6 veces por minuto. Y la lectura, los videojuegos, etc, requieren mucha atención. A veces, decimos a los pacientes que cuando estén trabajando, se “acuerden” de parpadear. O sea, que se fijen voluntariamente en realizar este movimiento.

Apertura de los párpados: Este es un aspecto en el que me voy a detener un poco. Es una causa de bastante específica del uso de pantallas de visualización, algo que no aparece, por ejemplo, con la lectura de un libro (en donde sí se presenta la disminución de parpadeo, por ejemplo). Retomemos un poco los conceptos de este primer artículo del ojo seco. La lágrima se reparte en forma de capa sobre la superficie ocular. La superficie ocular expuesta al aire está sometida al proceso de evaporación, y cuanta más evaporación haya, más posibilidades hay de ojo seco. Ya hemos hablado de diversos factores que aceleran la evaporación (alteración en la composición de la lágrima, como en las blefaritis, o factores externos como el viento o el calor). Hay otro detalles, que es la superficie ocular expuesta al aire: cuanto más abiertos tengamos los ojos, más se evapora la lágrima.

Pongamos un símil: si tenemos cierta cantidad de agua en un cubo de agua, tarda días o semanas en evaporarse. Si usamos esta misma cantidad de agua para fregar el suelo,tarda en evaporarse unas horas como mucho. En el ojo pasa lo mismo: si suponemos la producción de lágrima más o menos constante, cuando más abiertos tenemos los párpados, la misma lágrima se tendrá que repartir por más superficie. Cuando estamos leyendo sobre papel, éste lo sostenemos sobre nuestras manos o sobre una mesa, de forma que tenemos que mirar hacia abajo para leer. El párpado superior acompaña al ojo cuando éste mira hacia abajo, por lo que en esta posición la superficie ocular expuesta es poca. Algo favorable en la lectura, que ya de por sí parpadeamos poco.

La pantalla de ordenador está enfrente nuestro, no debajo. Y pequeños cambios en la apertura de los párpados suponen grandes cambios en la evaporación de la lágrima. Es por eso que siempre se aconseja que el monitor esté a la altura de los ojos, o mejor un poco por debajo, pero no por encima.

Posibles remedios

Las soluciones se pueden deducir fácilmente de las causas explicadas: gafas en caso de graduaciones no corregidas, lágrimas artificiales si hay ojo seco, etc. Lo que es general para las fatigas visuales lo explicaré en el siguiente artículo, y ahora repasamos los remedios específicos para el síndrome de las pantallas de visualización.

- Pausas cada 1-2 horas. Con 5 minutos puede ser suficiente, pero conviene apartar la mirada de la pantalla durante un rato, a ser posible enfocando de lejos. Así dejamos que el músculo del ojo se mueva y se relaje, para que no esté tantas horas fijo en la misma posición. Además, con estas pausas parpadeamos más (y esas pequeñas sequedades del ojo que no percibimos se solventan).

- Utilizar una resolución de pantalla adecuada. Si las letras no están muy pequeñas, no nos tenemos que esforzar tanto ni tenemos que acercarnos tanto al monitor.

- Colocar el monitor en la posición adecuada. Ni muy cerca para no tener que acomodar demasiado (y que no nos fatigue tanto la fuente de luz) ni muy lejos y que no veamos bien las letras. Lo tendencia natural es a acercarse mucho el monitor, así que en general tendremos que alejarlo un poco. Y en cuanto a altura, esto es muy importante: un poco por debajo de los ojos, a poder ser.

Sólo nos queda aclarar que estas actitudes (pausas, distancia correcta, iluminación, etc) se pueden aplicar al trabajo con ordenador y al trabajo de cerca en general y se denominan medidas de higiene visual, no sólo vienen bien para la fatiga visual que hemos explicado, sino para otro problema (muy frecuente y también relacionado con la fatiga visual) llamado espasmos de acomodación, que bien merecería un artículo en un futuro.

Soluciones a la fatiga visual

En esta entrada (que cierra la serie) vamos a repasar los remedios que podemos poner a la fatiga visual. Más arriba descubríamos que lo que llamamos fatiga visual se debe a múltiples causas, por lo que el remedio pasará por que tratar dichas causas. Después nos concentrábamos en el síndrome del ordenador y hablábamos explícitamente de algunas formas de reducir el cansancio que nos produce el monitor.

El fin de este artículo es repasar rápidamente lo que se puede hacer cuando notamos cansancio visual, para darle a esta mini-serie de entradas un final práctico.

Higiene visual

Sea cual sea la causa o causas que originen la fatiga visual, hay unas medidas generales que siempre ayudan a disminuir el problema. Tienen como ventaja que son remedios a nuestro alcance, no necesitamos un diagnóstico más concreto ni la colaboración del médico para llevarlos a cabo. Como inconveniente, es eficaz sólo en los casos leves o cuando se utilizan junto a medidas más enfocadas a la causa.

  • Iluminación correcta: Tiene que haber buena luz en el ambiente, evitando reflejos (sobre el papel o sobre la pantalla)
  • Postura adecuada: A veces el cansancio visual está en relación con una fatiga general derivada de una mala postura.
  • Realizar pausas: Haciendo descansos periódicos (cada 1-2 horas), apartando la vista y llevándola “a la lejanía”.

Medidas concretas

Dependiendo de la causa hay un tratamiento específico. Son remedios muy eficaces, el problema es que hace falta que un profesional lo diagnostique, y normalmente necesitamos además que él nos facilite la solución.

  • Sequedad ocular: Como expliqué en esta entrada sobre el ojo seco, el tratamiento básico son las lágrimas artificiales. No hay que olvidarse de otras medidas como tratar otros factores que producen sequedad (como la blefaritis), medidas ambientales como un humidificador, y algo tan sencillo como “acordarse de parpadear”. También quería volver a recordar una causa poco conocida de sequed ocular producida por el ordenador: la altura de éste con respecto a los ojos.
  • Defectos de refracción: En casos de fatiga visual, tenemos que llevar bien corregida la graduación que tengamos. Aquí las gafas cumplen la función, no sólo de permitirnos ver bien, sino de prevenir el cansancio de los ojos. El problema que tienen algunos astígmatas leves y algunos hipermétropes es que normalmente tienen buena visión y no saben que tienen algo de graduación.
  • Estrabismo latente: La solución en estos casos es más compleja. Como es una causa poco frecuente, creo que no merece la pena hablar de ella ahora.

Desmintiendo errores

Para entender lo expuesto a continuación conviene leer este artículo sobre la acomodación.

Por internet se pueden encontrar anunciadas unas gafas “para la fatiga visual”, intentando atribuir a la acomodación (el esfuerzo que hace el ojo para enfocar de cerca) los síntomas de la fatiga. Y son simplemente unas gafas análogas a las de presbicia. Es básicamente una forma de timar al pobre incauto que se crea lo que pone.

Sin embargo, la creencia de que es positivo evitar que el ojo acomode para que no se fatigue, sale del ámbito de las estafas de la red y algunos profesionales de la visión (mal informados, tengo que decirlo) realizan algunas actividades que no ayudan al paciente (aunque sea esa la intención). Estas actividades pueden ser: poner a un miope menos graduación a propósito (se han puesto incluso gafas bifocales a miopes jóvenes); o poner una lente esférica positiva, que es la que se usa para corregir la hipermetropía o la presbicia (vista cansada), en una persona que realmente no la necesita.

El concepto erróneo es el siguiente: la acomodación que es necesaria para enfocar un objeto de cerca es un proceso activo, hay un músculo que está contraído y ajustando constantemente el enfoque mientas miramos a un objeto cercano. Si evitamos que ese músculo trabaje, disminuimos su esfuerzo y por tanto reducimos los síntomas visuales. ¿Cómo lo conseguimos?. En aquellos que no tienen defectos de graduación, mediante lentes positivas. Estas lentes son igual que lupas, nos permiten ver de cerca pero reduciendo el esfuerzo de los ojos. Cuando tenemos a un miope, reducimos o incluso eliminamos la graduación.

¿Dónde está el error?. Bueno, son varios. Primero: la acomodación normal no produce fatiga. A pesar de que la fatiga visual es algo muy común, lo más normal es que la gente utilice su enfoque cercano durante muchas horas, y no se producen síntomas. Si el problema fuera la acomodación sana, todos tendríamos síntomas. Lo que pasa es que muchas veces la causa es difícil de diagnosticar (ojos secos que sólo se manifiestan al concentrar la vista con el déficit de parpadeo, defectos refractivos tan leves que el paciente ve el 100%, etc). El músculo ciliar, que es el que se encarga de realizar la acomodación, sólo deja de funcionar mal a partir de los 40-45 años, momento en el cual sí que están indicadas las lentes positivas, que en este caso se llaman gafas de vista cansada. En el paciente joven su músculo está sano. Si se está sobreesforzando, por ejemplo por una hipermetropía o un astigmatismo, entonces tenemos que corregir esa hipermetropía o astigmatismo, no impedir toda la acomodación con unas gafas que no se adecúan al problema.

En todo esto hay flotando un concepto, más o menos implícito, que también es falso: como las actividades actuales exigen cada vez más la visión cercana, el ojo se “sufre”, y tenemos que preservar el músculo ciliar para no sobreesforzarlo. Si pensamos un poquito en que el músculo ciliar sigue siendo un músculo, con un funcionamiento similar a los demás, veremos lo erróneo que es el argumento. Primeramente, la distancia de enfoque en sí no supone un problema si estamos situando el objeto de lectura a la distancia adecuada (30-40 centímetros, o más). Si nos acercamos un objeto a menos de 30 centímetros, sí que supondría un sobreesfuerzo para el músculo ciliar (y para la convergencia de los ojos, que se tienen que aproximar mucho), por eso ciertas actividades (como un relojero o un aficionado a la numismática) utilizan lupas o sistemas de lentes. Aquí sí que está justificado el uso de estas ayudas, porque sí es un sobreesfuerzo. Pero si leemos a la distancia adecuada, no estamos sometiendo el músculo ciliar a una sobrecarga. Otra cosa es que leamos a la distancia adecuada, pero sean muchas horas. La solución sería lo que he mencionado más arriba, hacer pausas esporádicas. Lo que no debemos hacer es poner unas gafas para que el músculo no trabaje, porque es bueno que éste trabaje a un ritmo adecuado. El músculo ciliar, como todos los demás, está ahí para trabajar, y así conservamos su salud y buen funcionamiento. No es bueno sobrecargarlo (leer a 15 centímetros) ni tampoco dejar de usarlo (ponerse unas gafas de “vista cansada” cuando no tenemos presbicia).

Un ejemplo muy ilustrativo: sería como aconsejar que las personas con las piernas sanas utilizaran una silla de ruedas para ir por la calle. Para “preservar” las piernas y que no se fatiguen andando. Así no conseguimos tener unas piernas sanas, lo único que hacemos es que se atrofien y no funcionen bien.

Material y datos extraídos de http://ocularis.es/blog/

2008

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